¿Tatuajes y Piercing arte o adicción?
Por: Diego Morales
En Colombia existen personas que tienen catalogado su cuerpo como un trofeo y piensan que es un objeto que nunca debe sufrir daño. Estas personas son todas aquellas que siguen con una ideología muy conservadora o enchapada a la antigua.
Por: Diego Morales
En Colombia existen personas que tienen catalogado su cuerpo como un trofeo y piensan que es un objeto que nunca debe sufrir daño. Estas personas son todas aquellas que siguen con una ideología muy conservadora o enchapada a la antigua.
Pero así como existen personas con este pensamiento, hay individuos que piensan que su cuerpo es un trofeo, pero que deben adorna con algo, es por eso que las mujeres usan aretes, pero también es una realidad que los tatuajes y los piercing son usados como complemento para el cuerpo humano.
En Bogotá existen más de 54 sitios donde, oficialmente, se hacen tatuajes y piercing, uno de ellos es “Hair Rock” donde nos abrieron las puertas para contarnos acerca de este, como ellos lo catalogan, adicción al dolor. Pues muchos de los tatuajes que Rafael Sánchez, tattoo y piercing del local, se ha hecho han sido causa de esa adicción al dolor. Debido a que, en los tatuajes las agujas llegan hasta la segunda capa de la piel, mientras que los piercing son una perforación en una parte del cuerpo.
El cuerpo humano es usado por muchas personas como un lienzo, para mostrar todos los sentimientos que un dibujo en su cuerpo puede llegar a demostrar. Rafael Sánchez ejerce este oficio desde el año 1992, cuando sintió la necesidad de tatuarse a sí mismo, “yo tenía como 20 años y decidí hacerme un tatuaje en la pierna, claro que en este momento ese tatuaje ya no existe porque lo tape con otro”, es por esto que él lo considera una adicción al dolor, porque puede durar con un tatuaje entre 2 a 3 años y luego hacerse otro encima y taparlo.
Además de las técnicas usadas por Rafael Sánchez de tatuarse con agujas existe una técnica que es mucho más dolorosa, esta consiste en quitar parte de la piel, dándole forma o figura para así conseguir un resultado, que consiste en cicatrizar y dejar su huella en la piel con forma de dibujo.
Los tatuajes como arte
Así como hay personas que consideran los tatuajes y las perforaciones una adicción al dolor, también existen personas que lo consideran un arte, este es el caso de John Rodríguez, tattoo de “The Zone Colors”.
Rodríguez quiso explicar primero que era un tatuaje y dijo “un tatuaje es la modificación del color de la piel, mediante tintes u otro sistema, para crear una forma o diseño. Los tatuajes suelen representar símbolos, dibujos o textos”. Él se considera un artista, piensa en siempre dejar huella en cada uno de los diseños y tatuajes que hace, a pesar que es su oficio y forma de subsistencia, no lo hace por plata, pues intenta mantener su ideología de considerarse un artista.
Además de esto el tatuaje tiene su historia y es la siguiente:
Se descubrió un tatuaje sobre el cuerpo de la momia Similaun (3300 a.C.). En esa época se podían tratar de tatuajes con fines terapéuticos en los que se introducía en la incisión hierbas medicinales que se quemaban, dejando así un ennegrecimiento bajo la piel.
En la era cristiana, los fieles solían tatuarse símbolos religiosos como muestra de reconocimiento dentro de la comunidad. También eran tatuados los esclavos para que fueran reconocidos como tales.
Sin embargo, en la edad media, el cristianismo censuró por completo la práctica, ya que violaba el cuerpo hecho a imagen y semejanza de Dios, el templo y la iglesia es muy estricta frente a esta creencia.
Los antiguos piratas también se tatuaban. Claro está que no usaban técnicas parecidas a las actuales, pues cubrían el contorno del dibujo con pólvora. Después la quemaban y las partículas resultantes de la explosión que se incrustaban en la piel formaban el resultado final, un tatuaje pero específicamente un machote.
Es a partir del S.XVIII que en Europa el tatuaje cobra notable importancia y se propaga gracias a las grandes exploraciones geográficas al otro lado del océano, destacando los viajes a Tahití realizados por el Capitán Cook entre 1766 y 1769. A partir de entonces, tenemos muestras y conocimientos de los tatuajes “modernos”. Es allí donde ve que la población se pinta el cuerpo. Lo que ellos llamaban “tatau”, derivando de “tau”, que significa dibujar. Posteriormente pasaría a la lengua inglesa con el nombre de “tattoo”.
Se han encontrado varios instrumentos y definido diferentes técnicas. Por ejemplo, martillos provistos de muchas puntas en la Polinesia, dientes de tiburón en Nueva Guinea, agujas fijadas en una vara de madera en Japón, etc.
Por el contrario, no son nada casuales los diferentes tipos de decoración que cada población ha seleccionado y convertido en características a lo largo de los siglos, pues en África siguen usando el tatuaje como un medio para identificar una tribu y así no dejar que ingresen extraños a la misma.
Se habla de los primeros tatuadores profesionales a partir de 1891 cuando el tatuador norteamericano Samuel O’Reilly revoluciona la técnica del tatuaje patentando la primera máquina eléctrica.
Los tatuajes han existido desde hace mucho tiempo, pero a pesar de eso en cada época han tenido un significado distinto. Es por eso que en el siglo XXI, se puede considerar un arte o una adicción al dolor, ya queda en cada persona que tiene uno o varios tatuajes la decisión por la cual se realizó el tatuaje, si fue por usar su cuerpo como un lienzo o para satisfacer la necesidad de sentir dolor.
En Bogotá existen más de 54 sitios donde, oficialmente, se hacen tatuajes y piercing, uno de ellos es “Hair Rock” donde nos abrieron las puertas para contarnos acerca de este, como ellos lo catalogan, adicción al dolor. Pues muchos de los tatuajes que Rafael Sánchez, tattoo y piercing del local, se ha hecho han sido causa de esa adicción al dolor. Debido a que, en los tatuajes las agujas llegan hasta la segunda capa de la piel, mientras que los piercing son una perforación en una parte del cuerpo.
El cuerpo humano es usado por muchas personas como un lienzo, para mostrar todos los sentimientos que un dibujo en su cuerpo puede llegar a demostrar. Rafael Sánchez ejerce este oficio desde el año 1992, cuando sintió la necesidad de tatuarse a sí mismo, “yo tenía como 20 años y decidí hacerme un tatuaje en la pierna, claro que en este momento ese tatuaje ya no existe porque lo tape con otro”, es por esto que él lo considera una adicción al dolor, porque puede durar con un tatuaje entre 2 a 3 años y luego hacerse otro encima y taparlo.
Además de las técnicas usadas por Rafael Sánchez de tatuarse con agujas existe una técnica que es mucho más dolorosa, esta consiste en quitar parte de la piel, dándole forma o figura para así conseguir un resultado, que consiste en cicatrizar y dejar su huella en la piel con forma de dibujo.
Los tatuajes como arte
Así como hay personas que consideran los tatuajes y las perforaciones una adicción al dolor, también existen personas que lo consideran un arte, este es el caso de John Rodríguez, tattoo de “The Zone Colors”.
Rodríguez quiso explicar primero que era un tatuaje y dijo “un tatuaje es la modificación del color de la piel, mediante tintes u otro sistema, para crear una forma o diseño. Los tatuajes suelen representar símbolos, dibujos o textos”. Él se considera un artista, piensa en siempre dejar huella en cada uno de los diseños y tatuajes que hace, a pesar que es su oficio y forma de subsistencia, no lo hace por plata, pues intenta mantener su ideología de considerarse un artista.
Además de esto el tatuaje tiene su historia y es la siguiente:
Se descubrió un tatuaje sobre el cuerpo de la momia Similaun (3300 a.C.). En esa época se podían tratar de tatuajes con fines terapéuticos en los que se introducía en la incisión hierbas medicinales que se quemaban, dejando así un ennegrecimiento bajo la piel.
En la era cristiana, los fieles solían tatuarse símbolos religiosos como muestra de reconocimiento dentro de la comunidad. También eran tatuados los esclavos para que fueran reconocidos como tales.
Sin embargo, en la edad media, el cristianismo censuró por completo la práctica, ya que violaba el cuerpo hecho a imagen y semejanza de Dios, el templo y la iglesia es muy estricta frente a esta creencia.
Los antiguos piratas también se tatuaban. Claro está que no usaban técnicas parecidas a las actuales, pues cubrían el contorno del dibujo con pólvora. Después la quemaban y las partículas resultantes de la explosión que se incrustaban en la piel formaban el resultado final, un tatuaje pero específicamente un machote.
Es a partir del S.XVIII que en Europa el tatuaje cobra notable importancia y se propaga gracias a las grandes exploraciones geográficas al otro lado del océano, destacando los viajes a Tahití realizados por el Capitán Cook entre 1766 y 1769. A partir de entonces, tenemos muestras y conocimientos de los tatuajes “modernos”. Es allí donde ve que la población se pinta el cuerpo. Lo que ellos llamaban “tatau”, derivando de “tau”, que significa dibujar. Posteriormente pasaría a la lengua inglesa con el nombre de “tattoo”.
Se han encontrado varios instrumentos y definido diferentes técnicas. Por ejemplo, martillos provistos de muchas puntas en la Polinesia, dientes de tiburón en Nueva Guinea, agujas fijadas en una vara de madera en Japón, etc.
Por el contrario, no son nada casuales los diferentes tipos de decoración que cada población ha seleccionado y convertido en características a lo largo de los siglos, pues en África siguen usando el tatuaje como un medio para identificar una tribu y así no dejar que ingresen extraños a la misma.
Se habla de los primeros tatuadores profesionales a partir de 1891 cuando el tatuador norteamericano Samuel O’Reilly revoluciona la técnica del tatuaje patentando la primera máquina eléctrica.
Los tatuajes han existido desde hace mucho tiempo, pero a pesar de eso en cada época han tenido un significado distinto. Es por eso que en el siglo XXI, se puede considerar un arte o una adicción al dolor, ya queda en cada persona que tiene uno o varios tatuajes la decisión por la cual se realizó el tatuaje, si fue por usar su cuerpo como un lienzo o para satisfacer la necesidad de sentir dolor.
Foto tomada por el autor.
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